El balance es fundamental en todo lo que hacemos y conocemos. Un buen balance nos ayuda a crecer, a evolucionar, a ser mejores, a ser feliz en todas las áreas de nuestra vida física y espiritual.
Conseguimos este balance de varias maneras y una de ellas es aceptando que cada uno de nosotros es un instrumento perfecto de Dios, del universo, de la vida, o como desees identificarte con la fuerza creadora.
El ser instrumento nos permite admirar todo lo que se hace en y a través de nosotros.
Ver que cada experiencia, cada aprendizaje cada situación, en fin, todo lo que nos acontece nos hace crecer, gozar, caminar en armonía, felicidad y amor pleno e incondicional.
Los ángeles me han dirigido en esta práctica del Reiki por más de 27 años. He visto muchas sanaciones, cambios y aperturas de pensamiento. He visto y experimentado muchas cosas hermosas, algunas difíciles de explicar.
Lo que si puedo asegurar es que esta terapia de medicina alternativa es real. Trabaja con la energía en todo.
La energía existente es la esencia del Reiki y de otras terapias. La energía universal llamada Ki, Prana o Chi, depende de la práctica y el lugar, es lo que se trabaja a través del Reiki.
El Reiki limpia, balancea, activa y armoniza la energía en personas, plantas, animales, espacios, en todo.
Gracias a este trabajo energétivo TODO puede ser visto, trabajado, dado o recibido desde un amor puro e infinito y una perspectiva positiva y feliz.
Somos la esencia pura del amor incondicional.